Cómo se puede beneficiar tu negocio con el poder que surge de combinar RPA, IA, ML, análisis de procesos y software de integración, entre otras tecnologías. 

Un mercado cada vez más competitivo. Disrupciones tecnológicas que emergen sin previo aviso. Clientes que incrementan su exigencia en la medida en que están más informados. Presupuestos exiguos como resultado de macroeconomías volátiles.  

Como nunca antes, el contexto de negocios exige eficiencia, productividad, agilidad en la ejecución e inteligencia en la toma de decisiones. Y la llamada “automatización inteligente” se consolida como la respuesta a esta necesidad. 

Las empresas parecen estar tomando nota de este fenómeno. El informe Automation Now & Next de 2023 detectó que el retorno de la inversión (ROI) de este tipo de proyectos es de 250%. El mismo estudio identificó que, además, el 45% de las empresas invertirá en automatización impulsada por inteligencia artificial (IA) generativa durante los próximos doce meses. 

Por lo tanto, si la automatización demostró ser tan efectiva, ¿por qué no escalarla a toda la organización, en lugar de mantenerla acotada a solo algunos procesos en particular? 

El concepto de hiperautomatización 

Hace un par de años, a la luz de lo anterior, surgió el concepto de “hiperautomatización”. La consultora de mercado Gartner la define como “un enfoque disciplinado e impulsado por el negocio para identificar, examinar y automatizar rápidamente tantos procesos comerciales y de TI como sea posible”. 

Conceptualmente, parte de la base de que la automatización simple, basada generalmente en tareas, no llega a alcanzar los resultados multifuncionales necesarios para apoyar una estrategia data driven ni una transformación digital completa. 

En esta línea, la hiperautomatización amplía la noción de RPA (siglas en inglés para automatización robótica de procesos) para integrar tecnologías emergentes que multiplican su poder, incluyendo BPM (gestión de procesos de negocio), machine learning, herramientas analíticas, iPaaS (plataformas de integración como servicio) y, por supuesto, la infaltable IA, entre otras. 

Como ocurre en prácticamente todos los órdenes, aquí la IA también está jugando un rol protagónico: es clave para entender todos los procesos de la organización sin importar su volumen, llevar las implementaciones a toda la organización, anticipar escenarios, medir resultados o sugerir cambios y mejoras. 

El camino hacia una automatización efectiva 

No existen las fórmulas mágicas para alcanzar el éxito en un proyecto de automatización a escala. Pero sí aparecen algunas mejores prácticas que no pueden dejarse de lado para tener la tranquilidad de estar avanzando en el camino correcto. 

Por lo pronto, debe existir un alineamiento total entre la estrategia de automatización y los objetivos del negocio. Luego, es fundamental que se realice un trabajo pormenorizado de discovery de procesos, para detectar cuellos de botella, ineficiencias, pains y oportunidades de mejora.  

El siguiente paso será priorizar los proyectos según valor y viabilidad. En muchos casos, se recomienda comenzar por iniciativas más pequeñas pero que entreguen resultados más rápidamente. De esta forma disminuyen las resistencias internas y se abren las puertas para abordar proyectos más complejos o abarcativos. 

La gobernanza, por último, es lo que permite orquestar de manera coordinada todos los esfuerzos de automatización, para garantizar sinergias, evitar duplicaciones y capitalizar las experiencias y los aprendizajes. 

En todos los casos, el acompañamiento de un partner tecnológico con un fuerte conocimiento en la temática resulta fundamental. Tanto para la detección y recopilación de las oportunidades, como para el mapeo de procesos, la gestión del cambio o el escalado hacia toda la organización. 

Beneficios automáticos 

A diferencia de lo que ocurría con los primeros proyectos de automatización, los beneficios de escalar esta disciplina a nivel organizacional van mucho más allá de eliminar tareas repetitivas y manuales.  

Es una verdadera revisión de todos los procesos, que permite detectar innumerables oportunidades de mejora, reconvertir los roles de los colaboradores para que sus tareas sean del máximo valor agregado posible e impulsar una toma de decisiones ágiles y totalmente basada en datos.  

La reducción de costos será significativa, es cierto, pero también se sentirá la repercusión en el aumento de la productividad, la agilidad de la empresa para responder a un mercado que cambia a una velocidad cada vez mayor o, incluso y tal vez lo más importante, en una mejor experiencia para los clientes. 

Una nueva dimensión para el concepto de “todos ganan”. 

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